Guadalupe (Cáceres)

Una escapada a Guadalupe, en Cáceres.

Cuando íbamos por la carretera y vimos desde arriba el Santuario,
no imaginábamos que fuera tan grande,
creíamos que nos íbamos a encontrar con un Santuario pequeño.

Entrar en el pueblo, circular entre calles con viviendas de dos o tres plantas
y encontrarte de repente con el Santuario altísimo, impresiona su grandiosidad.
Teníamos muchas ganas de conocer a la Virgen de Guadalupe.

Pese a que la Virgen de Guadalupe es venerada y queridísima por todos los mejicanos,
su historia se remonta a más de mil años antes de la aparición al indígena Juan Dieguito. 
Dice la historia que la Virgen se le apareció a Juan Diego,
le regaló un manto con pétalos y su propia imagen,
y que el obispo Monseñor Zumárraga la identificó como la Virgen de Guadalupe;
aquella que tomara su nombre al encontrarse en las cercanías del río Guadalupe, extremeño. 
Y no es una casualidad,
pues Extremadura regaló a España grandes descubridores de tierras americanas.
Quizás, la Virgen, quería hermanar ya desde entonces nuestras dos tierras.

Venir a ver a la Virgen y además nos dimos un paseo por el pueblo,
tiene calles mágicas, peatonales, perfectas para ir con niños y carritos.

Mires donde mires, es una localidad preciosa, mimada en cada rincón,
abajo, arriba, derecha o izquierda.

En la plaza del pueblo, se encuentra el Santuario,
con casas muy pintorescas y una fuente perfecta para jugar un rato.

Empapados quedaron, pero el calor nos pedía agua.

Pasamos una tarde por allí, y pudimos merendar sus dulces típicos, como el muedago.
Porque conocer España con el paladar es también una experiencia.

Una merienda rica, en puertas desconocidas y llenas de historias.

Sus calles con su gente,
sus comercios que dejan conocer su artesanía,
su gastronomía y su historia.

Conocer España a través de diferentes momentos,
poder visitar pueblos y ciudades de principio a fin.
Nos encanta empezar con amaneceres y terminar con atardeceres.
Pensando en el siguiente #MomentosPompas...