Todos los años vamos a visitar el belén que montan en San Lorenzo del Escorial, Madrid.
Es un belén estático, con figuras y escenas a tamaño real.
Lo montan por las calles del centro del pueblo,
la Plaza de la Constitución y calles aledañas.
Conocer a los soldados, a Herodes y su faceta ególatra.
Meterte en cuevas gigantescas y buscar pastorcillos.
Adentrarte en el pueblo y conocer al alfarero,
los panaderos, sus casitas y sus ciudadanos.
Tocar ovejas y creer que son de verdad.
Descubrir que los camellos son mamíferos como nosotros.
Ver una cerdita con sus cochinillos, gallinas, patos, cabras, flamencos...
Caminar entre palmeras, cruzarte con pastores, animales.
Disfrutar de un belén en un entorno maravilloso.
Nos dio mucha pena descubrir que la escena más importante esté tan "escondida".
Pero ahí estaba, en el callejón, naciendo el Niño Grande.
Ojalá la Navidad que viene pueda volver a estar en un enclave más destacado,
con el Monasterio detrás, entre columnas, como en años anteriores...
En la Plaza de la Constitución, en la calle Reina Victoria, en la Plaza de San Lorenzo...
No escondido en la puerta de un restaurante en la calle San Lorenzo.
El año que viene esperamos que vuelva a ser tan bonito como años anteriores,
este año es bonito, pero otros años ha sido mejor...
