Este fin de semana nos escapamos a Oporto (Porto), Portugal,
con Mateo, el más peque de la familia,
y los cuatro mayores se quedaron con amigos disfrutando cada uno de un plan genial.
Como gran familia que somos nos costó mucho planear esta escapada.
No es fácil dejar a los niños,
nos cuesta mucho porque somos una familia que todos los planes los hacemos con ellos...
Y aunque no os lo creáis,
desde que nació el mayor, hace siete años y medio,
no habíamos viajado solos
(y aún así, esta escapada fue con uno de ellos, por ser mamá lactante y con gusto se vino).
Con el otoño, en el camino,
encontramos árboles casi desnudos,
que dejaban un paisaje lleno de colores invernales.