La Alberca (Salamanca)

La Alberca, un pueblo de Salamanca, en la comarca de la Sierra de Francia.

Un juego que tenemos con los niños, cuando vamos a conocer lugares nuevos,
es ir primero a un punto de información turística,
conseguir un plano y que ellos hagan la ruta por la localidad.

Comparten el plano, lo debaten, hablan por donde ir,
qué conocer, qué descubrir.
Y luego se lo llevan de recuerdo.

Si algo queríamos conocer era la arquitectura, sus construcciones,
cómo construyen diferentes casas con la misma línea, con diferentes texturas,
con diferentes colores, consiguiendo un conjunto que juega con la geometría.

Una curiosidad, las casas según crecen en altura las plantas superiores sobresalen sobre la inferior,
y eso produce que casi se toquen los aleros de los tejados con los de las casas de enfrente.
Por eso muchas calles están en sombra y con poca luz.

Pasadizos secretos, casas que vuelan,
calles estrechas con arroyos que bajan.

Si algo nos encantó es descubrir que muchas de las viviendas tenían puertas muy pequeñitas,
puertas hechas para nuestros pequeños por las que se peleaban y decían
"ésta es mía, no tuya, y ésta tuya y no mía".

Y encontrarte con un callejón lleno de rocas.

Piedras, rocas, agua y mucho verde.

Un pueblo pequeño con tanta naturaleza donde emanan muchos chorros.

Buenos paseos, llenos de paz, vuelves a otra época.

Si a los niños les das agua, allí meten las manos, mangas y lo que sea.
Entretenimiento en cada esquina.

Ésta es la construcción más típica,
casas de dos tres alturas, balcones de madera con barandillas de hierro,
fachada de madera y piedra, tejados y marquesinas de madera.

En la fachada de la iglesia encontramos esta cruz,
y la sorpresa de los niños (y la cara de asco de María)
al descubrir que debajo habían dos calaveras...

La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción,
con sus vistas al pueblo, a ella van a dar varias calles.

Por todo el pueblo puedes ir comprobando diferentes inscripciones en sus puertas,
desde el año de construcción de la vivienda a emblemas de los propietarios,
incluso se descubren sus orígenes de las culturas cristina, islámica y judía.

La Plaza central del pueblo, son sus soportales, sus columnas y el crucero en medio.

Y descubrir cómo el agua pasa por debajo de las casas,
se mete por túneles hechos con balcones, vuelve a salir,
se mete en un soportal, vuelve a salir ya libre entre la naturaleza.

(Mirad en la fachada la argolla para atar al caballo)
Nos vamos encantados, ha sido un gran descubrimiento,
nos he encantado La Alberca,
un pueblo lleno de historia y tranquilidad,
bien merecido tiene ser uno de los pueblos más bonitos de España.