La Alhambra (Granada)

Pocos sitios hay en el mundo que combinan
magia, historia, belleza, entorno, carácter... 
Y la Alhambra es uno de ellos.
Comenzamos la visita junto a los jardines del Generalife.
Lo primero que llamó la atención a los niños fue el agua cristalina 
que se introduce en la fortificación.

Y al comenzar la visita... A por planos y seleccionar nuestro guía...
En esta ocasión se encargó Mateo con mucha ilusión y alegría.

La Alhambra tiene detalles por todos lados.
Da gusto la conservación y cuidado del lugar.
¡Y encima que la entrada para niños sea gratuita!

¡Y primer descanso!
Mateo nos ha traído al Hamman (baño árabe) que se situaba junto a la antigua mezquita,
Sobre la que hoy se erige la iglesia de Santa María de la Alhambra.

Junto a la Iglesia, el palacio de Carlos V...
¿Estará el rey en palacio?

Nos llamó mucho la atención que por fuera tuviera forma cuadrada
y en su interior todo es circular.

¡Y hasta Santi, el mayor, se atreve con la fotografía!
Oficialmente es nuestro guía turístico, es el promotor de la visita.
Como está estudiando Al-Ándalus en el cole, se moría de ganas por ver cómo fue aquello.

Él nos contaba. Los andalusíes decoraban los edificios con materiales pobres,
pero con mucha pericia los artesanos eran capaces de hacer estas maravillas.
Y algo que tienen muy logrado es que los ciegos pueden disfrutar de los relieves,
hay muchos puntos para ellos donde pueden tocar capiteles, formas, texturas, materiales...

Y es que el legado de Al-Ándalus es espectacular. 
Y hace del país en el que vivimos una tierra grandiosa,
madurada en un cruce de culturas.

Entramos en los palacios Nazaríes.
En concreto en el patio de los Arrayanes.

Y al otro lado, el famoso patio de los leones,
con sus detalles cuidados al milímetro.

Comentario de nuestro hijo mayor...
"No me extraña que Isabel la Católica pensara que era una maravilla".

Y es que los jardines, las vistas, los claroscuros, las fuentes...
Son muy sencillos en materiales...
No necesitaron oro, ébano, bronce... Para hacer tanta belleza.

Mires a un lado, al otro, al suelo o al techo. Todo es una maravilla.
Y aunque engañe a la vista, esto es un techo...

Los palacios Nazaríes no se pueden visitar con carritos de bebé, hay que tenerlo en cuenta,
hay entrada para discapacitados, pero no llegamos a saber bien cómo lo hacían,
porque hay muchos escalones...

A los niños les está chiflando toda la decoración.
De hecho, en otra parada, se pusieron a dibujar mandalas
imitando las formas geométricas de las paredes.

¡Y abandonamos enamorados los palacios Nazaríes 
con unas ganas locas de comernos un buen bocadillo!

El Partal es una de las construcciones que más gustó a los niños.
En él se respira tranquilidad.

Y sí, tranquilidad. No íbamos sólo con nuestros cinco hijos.
Nos acompañaban dos maravillosas amigas de nuestra hija.

Y os garantizamos que siendo nueve, tuvimos muchos ratos de tranquilidad.
Sólo hay que dejarse envolver por la belleza del sitio
e imaginar su época de esplendor.

¿Y alguien sabe el nombre de esta especie de árbol?
No hemos conseguido saber qué árbol es y nos encantó su forma,
su fuerza, su rectitud, su belleza sencilla...

Y es que la capacidad de maravillarse por lo que a uno le rodea,
especialmente de aquellos que más te quieren, 
te hace ver la vida de otra forma.

Y por supuesto, yendo con niños, hay que dejar rato al juego...
Un clásico que todos hemos jugado: "moros y cristianos".

Y nos encaminamos por el Generalife disfrutando de sus jardines.

Llegamos a uno de los rincones favoritos de papá y mamá de la Alhambra:
El Patio de la Acequia.

Y es que catorce años atrás, papá y mamá vinieron juntos de viaje por primera vez.
Era nuestro primer momento pompas.

Nos despedimos de la Alhambra repletos de admiración por su belleza.
Cansados pero satisfechos.

No nos vamos sin agradecer el encanto, el buen día que pasamos,
nos quedamos con ganas de volver de nuevo, la primera vez vinimos con ojos de novios,
la segunda con ojos de niños emocionados, la tercera... 
Decimos hasta pronto con las vistas de Granada,
con la Alhambra y Sierra Nevada.

¡Por un día nos hemos sentido reyes en nuestro palacio!