Las Tablas de Daimiel (Ciudad Real)

La primavera es una estación perfecta para conocer este paraje natural:
Las Tablas de Daimiel,
Parque Nacional desde 1973.

Está ubicado en Ciudad Real,
entre campos de trigo que ahora van volviéndose amarillos
porque se seca el cereal.

Los campos que rodean Daimiel son llanos,
lo que permite poder ver todas las especies que habitan estas tierras desde lejos.
Y para descubrirlas, nos ponemos a jugar como zapadores.

Pudimos visitar el Parque tanto al atardecer, como al amanecer del día siguiente.

Y es que, para los que nos gusta furgonetear,
está permitida la pernocta junto a la caseta del parque, 
en una preciosa pradera para corretear.
Una suerte poder dormir en un paraje así.

Se trata de un inmenso humedal, 
con pasarelas totalmente seguras para poder observar el ecosistema sin dañarlo.
"Es un paisaje romántico" como dice Pepe.

Los caminos están perfectamente señalados y delimitados.
Los niños pueden pasear tranquilamente, sólo hay que elegir qué ruta hacer.
En la entrada del Parque te informan de rutas, peculiaridades y zonas de interés.

Pudimos observar cantidad de peces, ranas, aves...
e incluso alguna nutria y jabalís.

Todo el parque está adaptado para minusválidos, carritos y es fácil para todas las edades.
Y como las pasarelas van a medio metro del agua,
te permite ver bien todo lo que tienes alrededor.

Es hogar de muchos animales permanentes,
pero también es lugar de parada para las aves migratorias que vuelven al centro y norte de Europa.

Si se va con cautela, manteniendo cierto silencio, 
se puede observar con cierta facilidad cualquier especie.

En esta visita aprendimos a ser pacientes, a esperar que apareciera algo y sobre todo,
a ser tremendamente observadores.

Este pajarito es un carricero, nos costó mucho encontrarlo.
¡Pero era increíble cómo, en un cuerpo tan pequeño, podía caber semejante tono!
¡Qué forma de piar!

Y no sólo la Familia Pompas disfruta de su visita,
había cantidad de familias numerosas disfrutando de este precioso lugar,
como estos patos.

En Daimiel hemos disfrutado como auténticos biólogos.
Hemos visto patos, peces, nutrias...
¡Y un sol que se vuelve gigante al atardecer!
Hemos visto infinidad de estrellas y hemos aprendido mucho de nuestro planeta.
Pero sobre todo, que estos ecosistemas son muy delicados 
y hay que ser muy cuidadoso con nuestro planeta.

Y hemos decidido.... ¡Que es un lugar para repetir!