Cómo disfrutar leyendo con niños

Hace tiempo que os hemos ido contando que en casa somos grandes lectores.
Nos encanta sentarnos, introducirnos en historias y disfrutar de una buenas hojas.

Tenemos muchos libros, cualquier oportunidad es buena para regalar un libro,
hacernos con alguno nuevo o visitar la biblioteca o el bibliobús y conocer nuevas historias.

Las modas llevan a leer lo mismo que los amigos
y poder compartir con ellos sus personajes, historias, idas y venidas,
compartir libros y estar en la misma línea.
Y leer según la época del año es una idea fantástica:
libros de viajes que nos permiten viajar y preparar nuevos destinos,
libros de santos donde conocemos sus historias y podemos conocer su onomástica,
libros tradicionales para conocer nuevos lugares,
libros dedicados por autores para conocer sus historias,
y así infinidad de ideas para tener una excusa
para sacar cada libro una vez al año por lo menos.

Una librería, bonita, limpia y ordenada,
hará que encuentres lo que buscas,
nosotros la tenemos ordenada por temas, por colecciones y pensando en todos,
los más pequeños tienen sus libros en la parte baja
y los más altos son para los mayores.
La nuestra está en medio del salón,
de fácil acceso y respetando su uso ante la tele para poder disfrutarla
y así conseguimos que siempre esté presente.

Tenemos una costumbre que nos ha venido siempre muy bien:
siempre tenemos un libro que todos nos estamos leyendo a la vez,
o bien cada uno lee cuando quiere,
o bien lo leemos todos juntos por partes,
y después compartimos.
En este caso es un libro donde se trabajaban diferentes valores,
hicimos una actividad donde cada uno tenía que pensar
qué quería regalar a los demás sin decírselo.
Salieron siete palabras preciosas que pusimos en la nevera,
cada uno sabía la suya pero nadie sabía de quien era cada una:
generosidad, compañerismo, empatía, amor, fe, happy, los números del 1 al 7.
Durante un tiempo estuvimos trabajando todos juntos cada una
para llevar cada día un propósito común con una de las palabras a nuestra labor diaria.

Y para terminar os contamos nuestro gran truquito,
todos los días antes de dormir todos leemos.
Se van a sus cuartos, pasando antes por el baño,
dispuestos a tumbarse cada uno en su cama, coger su libro
y prepararse para descansar.

¿Qué hemos conseguido?
Tranquilidad, se acuestan tranquilos,
pensando en sus historias del momento,
se relajan y cuando se dice "apagamos luces",
se apaga y se duerme.
Y no sólo eso, han cogido el hábito de leer entre 20 y 40 minutos diarios
con esta idea, les encanta y hasta nosotros lo hacemos.
Desde que nacieron cada uno de nuestros hijos,
ese tiempo de lectura ha sido sagrado,
y en el moisés sus hermanos le ponían al bebé su cuento de tela.
Esta pequeña idea la hemos compartido en Instagram varias veces,
y muchos nos habéis dicho que os ha funcionado.
Otra de las #PíldorasPompas que os contamos porque funciona.

Y como decía Ken Robinson
"si puedes encender la chispa de la curiosidad en un niño,
aprenderá sin mucha ayuda".