Sevilla (Primera Parte)

Sevilla, ciudad antigua modernizada.
Donde lo clásico abraza lo moderno.
¡A conocerte que vamos la Familia Pompas!
Comenzamos mostrando el lugar que más les llamó la atención a los peques.
Y es que nos gusta ver las cosas a través de su mirada, 
aprender desde la visión de niño para poder compartir con ellos nuestros viajes.

Las Setas es la construcción en madera más grande del mundo,
diseñada por el arquitecto Jürgen Mayer.
Llama la atención su estructura y su tamaño...

¡Pero lo mejor de todo es que se puede subir!
Y además a un precio muy asequible 
que nos permite tener una visión fantástica de la cuidad desde la altura.

Nos lo pasamos pipa recorriendo los caminos que hay en la parte superior.

Volviendo a pasar una y otra vez por sus pasarelas,
que parece que sobrevuelas la ciudad.

Parándonos a observar, plano en mano,
y decidir qué cosas nos apetece ver a todos.

Disfrutando de la vista 360º que ofrecen de Sevilla.

La primera parada en la ciudad Hispalense nos ha dejado boquiabiertos.
Sólo una cosa a tener en cuenta:
El atardecer desde este punto debe ser espectacular, 
pero también lo es la cola que hay que esperar si quieres verlo.
Nosotros fuimos a mediodía y no esperamos nada.

Y una cosa que nos divirtió mucho. 
Este mirador, aparte de ser un mercado, zona de tapeo, monumento moderno...
¡También es usado por los niños sevillanos como tobogán!
Pues no tiene ni una sola arista.

Continuamos nuestro camino parándonos en esos rincones que no vienen en las guías,
pero bien merece la pena apreciarlos.
¡Y es que somos unos enamorados de los patios andaluces!

Sevilla tiene un clima muy agradable,
al igual que lo son sus habitantes.
Y por su casco antiguo apenas usamos nuestros patinetes
porque hay mucho adoquín y no se puede circular bien con ellos.

Nos vamos a visitar uno de los lugares mágicos para los sevillanos.
Rodeada de murallas, con un pórtico sencillo, acompañada por naranjos...

Se encuentra la Esperanza Macarena.
Lugar de devoción muy querido por tanta gente.

 Está ubicada en el barrio San Gil,
barrio tranquilo en un extremo del casco antiguo.

Todo lo que le rodea está cuidado con el mimo que se merece la anfitriona.

Y ahí está Ella, La Más Guapa, esperando a que le recemos un poquito
y pidamos por tanta gente que llevamos en nuestras oraciones.

Nos ponemos en camino otra vez hacia el centro del casco antiguo,
disfrutando de cada casa de esta bonita ciudad.

De sus vistas en altura, de sus campanarios...

De sus iglesias...

De sus patios...

Y del ambiente alegre que se respira en cada rincón.

En la Plaza de San Francisco pudimos ver cómo lo antiguo 
convive en armonía con lo moderno.

También es una zona apta para ir con patinetes
porque desaparecen los adoquines y el suelo es fantástico.
¡Eso sí, despacito y con casco!

Y nos volvemos a meter por callejones
buscando esa gran torre que vimos desde las Setas.

No sin antes detenernos en un balcón
y poder dar la enhorabuena a la dueña por su belleza.

Y llegamos a la Giralda.
A niños y adultos nos llama la atención lo grande.
Esta torre, con sus 104 metros de altura, recuerda un pasado árabe.
Es un ejemplo de ese esplendor que fue Al-Ándalus.

Y otra cosa que llamó la atención a los niños fueron las carrozas, 
tan cuidadas y con sus caballos elegantes.
Se nos escapaban del presupuesto,
 pero seguro que debe ser muy agradable pasear por Sevilla en ellas.

La Giralda es un antiguo alminar transformado en campanario.
A ella se sube por unas rampas, no escaleras,
que antiguamente permitía el acceso a lo alto en caballo.

Seguimos nuestra ruta conociendo sus fachadas...

Edificios singulares...

Y deteniéndonos en cada lugar que nos llama la atención, 
como en esta tienda de abanicos.
También aprovechamos para reponer fuerzas.
Ya se sabe que en Sevilla es fácil ir de tapeo
 y hay multitud de sitios donde merece la pena pararse a tomar algo.

Una vez caída la noche vamos volviendo sobre nuestros pasos para ir a descansar.
Lo que antes iluminaba el sol,
ahora lo vemos transformado por la acción del hombre.

Nos detenemos en un último patio.
Tan tranquilo y con una luz tenue que parece que nos está cantando una nana...

¡Y terminamos nuestro primer día aprovechado a tope
por tantos rincones de Sevilla!
Ahí donde veis a Pepe, el apasionado del amarillo de la derecha, iba con gripazo.
¡Pero aguantó como un campeón!

¡Gracias Sevilla por un primer recorrido fantástico!
En breves la segunda parte de una escapada a Sevilla.