Sevilla (Segunda Parte)

 Nuestra segunda parte por Sevilla amanece en la Plaza de España.

El gran arquitecto sevillano Aníbal González la diseñó y, una vez acabada,
la visitó el rey Alfonso XIII y dijo:
"Señores, yo sabía que esto era bonito... ¡Pero no tanto!"

Y de verdad que enamora. 
Te das cuenta cuando pasan los minutos,
pero no la sensación de que pase el tiempo.

Y así fue, estuvimos media mañana disfrutando de la plaza.

Aprovechamos a repasar geografía española...
¡Pero faltan dos provincias!
¿Alguien sabe cuáles?

Y tanto su belleza como la temperatura tan agradable en pleno invierno, 
las degustamos con muchísima calma. 
Y nos lo pasamos genial con los "manteros" intentando vender castañuelas a los asiáticos
y enseñándoles cómo se tocan.

Cualquier rincón en el que te sitúes es muy fotogénico...
¡Así que preparad para disparar con la cámara!

Sus torres, sus escaleras, sus puentes...

Y llegó el momento fan de los cinco chicos de la casa...
¿Sabíais que en esta plaza se grabó un trozo de "Star Wars, el ataque de los clones"?
Ahí se puso PapáPompas a perseguir a los niños con los ruidos de R2D2.

Y vamos viendo el momento de continuar la visita por la ciudad, que nos liamos aquí.

Por cierto, las dos provincias que faltan se debe a que Sevilla ya viene representada en la Plaza
y en el año de construcción de los bancos las Islas Canarias eran una sola provincia,
eso explica que haya 48 y no 50.

¡A seguir conociendo Sevilla!

Nos detenemos a acariciar uno de los caballos que tiran de las carrozas para turistas.
Tiene pinta de ser un planazo, pero nuestro viaje es low cost.


Continuamos pasando por la Torre del Oro.
Junto a otra torre, eran fortificaciones defensivas en la muralla de esta parte de la ciudad.

Y para reponer fuerzas... ¡Al Mercado de Triana!

Es un sitio fabuloso para tomar algo de tapeo rico. 
Nos recordó mucho al plan del Mercado de San Miguel en la capital española.

Y nos pusimos a hacer tiempo para visitar a "La Más Guapa".

Un primo al que apreciamos mucho es cofrade de la Esperanza Triana,
así que quisimos pasar a rezar por él bajo su precioso manto verde.

¡Esta ciudad nos mola!

Nos despedimos con vistas al río Guadalquivir.
Río que tanto cambió la historia de España.
Río que nos ha llenado más nuestra mochila de Momentos Pompas...

Y casi lo mejor de todo...
¡A volver a casa en AVE!
Porque este Momentos Pompas era algo que los niños llevaban deseando desde hacía tiempo. 
Pidieron a los Reyes Magos billetes de AVE para todos...
Y es que un juguete se disfruta un tiempo breve y se olvida, 
pero una experiencia así perdura para toda la vida.
¡Gracias a esos Magos por haber permitido esta gran experiencia!