Si hay un plan familiar que funciona siempre bien es el monte,
caminar, buscar bichos, descansar, jugar con el agua, montar un refugio...
Para nosotros es tiempo de descanso, buscar un lugar tranquilo,
tirarse al suelo, dejar que los niños correteen y descubran.
De siempre nos ha gustado caminar,
y nuestros niños siempre han ido en mochila cuando no sabían caminar,
nos adaptamos a sus ritmos y así nadie se queja y aguantamos bien.
Estos son Pepe y Pablo, tenían 4 y casi 2 años,
entre rocas, apoyándose uno al otro, disfrutando.
María es más tranquila y ver correr el agua es un planazo,
siempre con su mochila y sus cositas,
eso sí, siempre la lleva ella y no se queja.
A veces necesitan ese apoyo para aprender y meterán la zapatilla en el agua,
pero aprenderán y superarán esos miedos.
Y cuando se confía, se lanza solo.
Así es la vida, observar, aprender y lanzarse.
Y ellos felices por superarse.
Y aquí mamá en esa roca donde estaba sentada dando el pecho a Mateo,
qué mejor plan que un bollo a mamá y aplastarle con cariño.
Y luego descubres que los niños son esponjas,
y cuando tú te tumbas a descansar y tomar el sol, ellos lo están haciendo también,
porque si a ti te gusta ¿por qué a ellos no?
Una idea genial para jugar es una tienda de campaña.
Nosotros tenemos una de las más pequeñitas, que no ocupa nada,
y la solemos llevar para que se entretengan montándola y luego jueguen.
Los mayores saben y se ayudan.
Los pequeños aprenden y terminarán haciéndolo solos o con ayuda.
¡Qué recompensa poder hacerte tu refugio!
Juegan todos juntos, comen, hacen sus planes, su refugio secreto...
Haceros con una tienda, se lo pasan genial y aprenden mucho.
Un planazo en familia: naturaleza, aire fresco, caminar, jugar,
buscar bichitos, y apoyarse unos a otros para tener momentos únicos.
Este plan es en Cotos, en Madrid.
