Comenzamos nuestra visita contemplando la iglesia de San Pablo.
Probablemente lo que más destaca de esta ciudad es su catedral.
Visible desde muchos puntos es impresionante por su tamaño y estructura.
El casco antiguo está ubicado en una isla entre canales y es de origen medieval.
La catedral se impone según nos acercamos.
Impresiona por todos sus rincones
y deja en un segundo plano las calles aledañas
que son también dignas de disfrutar.
Se trata de la cuarta catedral más alta que existe.
Su altura es comparable a la Torre Picasso en Madrid, con casi 150 m.
Mira al cielo, como todo el arte gótico y fue construida hace un milenio.
Desde aquí paseamos a lo largo de los canales, bordeando la "Grande Ile",
y disfrutamos de todos los edificios con encanto.
Estrasburgo nació a orillas del río Rin.
El río más navegado de Europa.
Y da igual donde estemos,
el campanario de la catedral nos vigila...
Sus casas con del estilo de toda la Alsacia.
Con vigas de madera al aire, de distintos colores
y esos tejados con ventanas tan característicos.
Es una ciudad cómoda para pasear,
con zonas verdes y muchos sitios para descansar
y disfrutar lo que tenemos a nuestro alrededor.
Grandes ventanales con flores y hiedras...
En navidad se viste de luces y decoraciones
convirtiéndola en una de las capitales de la Navidad.
No dejamos de caminar, mirar a un lado y a otro...
Está a pocos kilómetros de Alemania,
los más pequeños acaban de darse cuenta al cruzar el ayuntamiento.
Caminamos hacia la ópera para ir a otra zona que no se puede uno perder:
La Petit France.
Esta zona es muy característica de la ciudad,
con casas típicas y restaurantes en sus aguas.
Toda esta zona seguro que recuerda a alguna película de Disney.
La Alsacia es donde se ambienta la película de la Bella y la Bestia.
Y la catedral... Pues eso, espectacular desde donde la mires.
La Petit France es una zona de compuertas que reparte el agua por los canales.
Está rodeada de preciosas calles y muchos sitios para llevar un recuerdo.
Esta zona es, probablemente, la que más nos gustó a los ocho.
Una ciudad preciosa, fácil de conocer
y que guardaremos en nuestros recuerdos...
¡Gracias Estrasburgo!