Roma y Vaticano, tercer día de tres (Italia y Vaticano)

El tercer día en Roma,
en familia con ojos de un niño,
quisimos centrarlo en Ciudad del Vaticano y algo de Roma.

Llegar a la Plaza de San Pedro, por la Vía de la Conciliación
es sentir algo, una paz, un paseo de alegría...

Nuestro viaje de tres días tenía intención de ver al Papa Francisco,
el único que nos queda por ver en persona,
pero no ha podido ser y nos quedamos con haber rezado por él a su ventana.

Entrar en San Pedro es entrar en la historia de la religión católica.
Allí están enterrados todos los Papas desde la época paleocristiana.
Al entrar lo primero que vas a ver es la Piedad de Miguel Ángel,
tan perfecta y con tanta expresión.

Como os hemos recomendado, no sólo miréis hacia delante,
subid y bajad la cabeza, todo el templo está lleno de sorpresas.

Y darte la vuelta y ver que la luz entra de forma bestial por sus ventanas.
Todo se ve en San Pedro.

Es el templo con mayor espacio interior de una iglesia católica del mundo.

El Altar Mayor se encuentra en el crucero, bajo la cúpula.
Diseñado por Bernini, con bronce extraído del Panteón de Roma.
Tiene una altura de 30 metros.
Se encuentra sobre la tumba de San Pedro.
Y en él sólo celebra misa el Papa.

Detrás, en el presbiterio, se encuentra la vidriera del Espíritu Santo,
Espectacular a la par que acogedora.

Sobrecoge que en la Basílica estén enterrados los Papas,
hasta San Pedro.

La tumba de San Juan Pablo II es de las más visitadas,
rezadas y pedidas.
Aquí se quedaron todas nuestras intenciones,
todos los ahijados y padrinos de el #BoteInstagramero.
Fue muy emocionante poder rezar un ratito
y contar a los niños quién fue y porqué es tan importante para nosotros.

La basílica tiene mucho para ver, para aprender y conocer.
Si podéis, os recomendamos que cojáis entradas
para ver los Jardines del Vaticano y la Capilla Sixtina.
Nosotros no cogimos porque no había entradas,
razón para tener que volver.
Sí os recomendamos, que al ser entradas que no son económicas,
os penséis bien si queréis visitar las zonas de pago con niños.

Otra diversión con los niños es buscar soldados de la Guardia Suiza.
Parecen estatuas y poseen una elegancia que da gusto encontrarse con ellos.

En la Plaza podéis encontrar esta escultura,
es realmente nueva y muy emotiva.
Un recuerdo a los refugiados con unos detalles brutales:
un niño con su osito de peluche, una mujer que abraza,
un hombre que abraza a su bebé.
sólo una maleta o bulto por persona,
un ángel que les cobija...

Recomendación bonita:
compra postales, escríbelas y échalas allí mismo.
Puedes comprar un sello del Vaticano
y saldrá de las mismas dependencias de la Ciudad,
así que suponemos que llegarán con el sello bonito.

Los días que hemos estado en Roma hemos comido poco por ahí,
pero cuando lo hemos hecho lo hemos hecho bien.
La mejor zona para tomar algo, bueno y bien de precio,
sin duda el barrio del Trastévere.

Un plato de pasta fresca,
no puedes dejar de probar la verdadera carbonara
a base de huevo y nada de leche.

Nuestra recomendación, por lo que hemos probado:
La Scaletta: pasta y pizza superrica. Atención de 10.
Pizza Zizza: pizza que pedimos para llevar. El dueño encantador.
Ostería da Fortunata: pasta que ves cómo la hacen desde por la mañana.
Trabajadores de 10 enseñándonos cómo hacían la pasta.

Gelatto y tiramisú en mil rincones de la ciudad.
El verdadero gelatto lo hacen poco a poco,
si en una heladería ves que hay mucha cantidad será helado, no gelatto,
porque el gelatto es semicongelado y artesanal.
Y muchas de las gelatterías puedes ver cómo hacen el gelatto.

Un planazo:
coge pizzas y cómetelas viendo el atardecer en la Plaza de San Pedro.
En la columnata hay mucho sitio y papeleras que luego puedes dejar todo limpito.
Así puedes soñar que cenas con el Papa.

El Vaticano tiene mil vistas, mil colores,
pero lo que más se puede disfrutar es ver cómo se hace de noche.
En el centro se encuentra un enorme obelisco de Egipto.

Disfrutar de una noche bonita, sin peligros,
los niños pueden corretear mientras los mayores disfrutamos
cómo se enciende todo.

La iluminación es preciosa.
Ver cómo se iluminan las 88 columnas y las 164 estatuas de santos
es todo un espectáculo.
Para nosotros, la vista de San Pedro en la hora mágica es imperdible.

Dejamos atrás tres días maravillosos,
donde hemos querido que el tercero sea más tranquilo
para poder disfrutar más de la tranquilidad y la paz
que se siente estando en el Vaticano.

Han sido tres días llenos de cultura, de historia,
de conocimiento, donde la misión que teníamos era conocer el Vaticano.
Ojalá podamos volver pronto para hacer las tres cosas que nos han faltado:
Capilla Sixtina, Jardines del Vaticano y ver al Papa.

Queremos dar las gracias desde nuestra pequeña mano:
a todas las personas que nos han recomendado o ayudado,
a Suso, siempre dispuesto a echarnos una mano y las que sean,
a don Luis, por su acogimiento, cariño y tanta entrega,
a Antonio, que aunque no nos vimos, estuvo a la retaguardia,
a María José, por tantas ideas y tan buenas,
a todos los que nos quieren y han rezado por este viaje,
a los que sin pedirles nada, ahí han estado.
¡Gracias, os debemos mucho!